<p>El <strong>gen npmA2</strong>, casi desconocido, <strong>se expande</strong> por hospitales, animales y medio ambiente,<strong> generando superbacterias imposibles de tratar</strong>. Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad Complutense de Madrid (<strong>UCM</strong>), en colaboración con el<strong> Wellcome Sanger Institute de Cambridge</strong> y el<strong> Instituto Pasteur de París</strong>, junto a centros de investigación de los Países Bajos y Australia alerta de esta nueva amenaza que ha visto la luz en <a href=»https://www.nature.com/articles/s41467-025-61152-y» target=»_blank»><i>Nature Communications</i></a>.</p>
Un grupo internacional de investigadores, liderado por la Universidad Complutense de Madrid, ha detectado un gen que hace a las bacterias resistentes a antibióticos vitales
El gen npmA2, casi desconocido, se expande por hospitales, animales y medio ambiente, generando superbacterias imposibles de tratar. Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en colaboración con el Wellcome Sanger Institute de Cambridge y el Instituto Pasteur de París, junto a centros de investigación de los Países Bajos y Australia alerta de esta nueva amenaza que ha visto la luz en Nature Communications.
Como detalla la investigación, el gen se detectó originalmente en Japón en 2003 y ahora está presente en seis países: Estados Unidos, Reino Unido, China, Francia, Alemania y Austria. ¿Por qué el gen no está presente en Japón, donde originalmente se detectó? «Puede haber sido por alguien que estaba viajando», concreta uno de los 11 autores del estudio: Bruno González Zorn, director de la Unidad de Resistencia Antimicrobiana de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), catedrático de su Facultad de Veterinaria y asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en resistencia a los antibióticos desde una perspectiva One Health.
«Iniciamos la investigación porque se había detectado en 2003 y no habíamos vuelto a saber nada de él. Nos parecía raro que hubiera parecido una vez en la historia y hubiera desaparecido. Y hemos visto que se ha estado diseminando ampliamente en varios países y en todos los ecosistemas: humanos, animales y medio ambiente», señala González Zorn a este periódico.
Tal es la trascendencia del estudio («el nivel de los microbiólogos españoles es alto», indica) que le han llamado para presentarlo en el Congreso mundial de enfermedades infecciosas (ESCMID), que se celebra en Munich el próximo mes de abril: «Todos debemos estar preparados».
La pista la dio una UCI de Holanda, «donde hubo una epidemia con este gen, presente en la bacteria Enterococcus faecium (y no solo en Clostridioides difficile). Desde Holanda nos enviaron la bacteria y la secuenciamos. Entonces comprobamos que se trataba de la misma plataforma genética, pero en Holanda no conocían este gen», explica.
Los aislamientos, realizados con tecnología Oxford Nanopore, fueron proporcionados por el Departamento de Microbiología del centro Onze Lieve Vrouwe Gasthuis, en Ámsterdam. El estudio explica que esas cepas se derivaron de dos pacientes que se habían sometido a reemplazos de válvulas cardíacas.
La buena noticia es que el gen se ha detectado antes de que haya llegado a España y tenga unos índice de diseminación altos: «Gracias a este estudio, en España nos podemos preparar. Hay que preparar los laboratorios de Microbiología para saber detectar a tiempo este tipo de gen, no solo en Clostridioides difficile; porque hemos visto que también se puede diseminar a otras bacterias grampositivas, como enterococos, estafilococos, estreptococos…».
¿Cómo puede prepararse España? «Desde el covid se ha visto la importancia de las herramientas moleculares de detección en todos los hospitales. Muchos ya tienen estas herramientas moleculares de detección de estos genes resistentes a los antibióticos. A partir de ahora vamos a incluir en muchos hospitales la detección de este gen en concreto para que, en cuanto aparezca, se pueda aislar al paciente, llamar a las autoridades sanitarias y evitar así su diseminación», aclara.
«Que haga intratables bacterias que todavía podemos controlar con los antibióticos en España. Y esas bacterias son muchas», puntualiza González Zorn. El científico aporta datos: «En España mueren 20.000 personas por bacterias resistentes a los antibióticos al año. Si dejamos que este gen se disemine libremente, esa mortalidad va a aumentar mucho», subraya.
Añade que «los aminoglucósidos» (una clase de antibióticos utilizados para tratar infecciones bacterianas graves, como las causadas por bacterias gram-negativas) «son muy importantes en nuestras UCIs».
El científico alerta de un hecho: «Hay que luchar contra la prescripción innecesaria. En España un 30% de los antibióticos se prescribe innecesariamente y debe haber prevención por parte de la población: lavarse las manos y acabar correctamente las pautas de vacunación, en niños y en adultos». El estudio lo firman 11 autores: «Somos microbiólogos y provenimos de muchas áreas. Hay informáticos, bioquímicos, farmacéuticos… La Microbiología aúna y te ayuda a comprender el mundo microbiológicamemte. No nos encasillamos», apostilla.
«Esto, tanto en medicina humana como veterinaria», puntualiza, «e incluso en medio ambiente, donde también vigilamos cualquier resistencia a los antibióticos», remarca. «Por ahora, donde más lo hemos encontrado es en seres humanos, pero también está en animales y en medio ambiente», concreta: «Esto es un ejemplo de la importancia del concepto One Health. El gen ya está diseminado en animales, medio ambiente y seres humanos. Solamente podremos abordar su diseminación si lo hacemos desde esta perspectiva».
El origen de estos aislamientos de C.difficile portadores de npmA «fue diverso, principalmente de humanos (42), cerdos (19) y fuentes ambientales (8), lo que subraya la distribución entre nichos del gen».
Por ello incide en que ellos pueden ayudar a desarrollar una herramienta genética para la detección rápida: «De hecho, ya nos han contactado. Cuando haces una detección de este tipo de genes, necesitas un control positivo. Es decir, es esencial tener el gen, que nosotros lo tenemos, para desarrollar las herramientas de detección». No solo han secuenciado el gen, sino que lo tienen bajo llave, «porque hemos hecho experimentos en el laboratorio para ver con qué facilidad se transfiere, cómo…».
Los investigadores, que analizaron casi dos millones de muestras bacterianas, confirman que este gen actúa como un «pasaporte genético» que viaja en un fragmento móvil -un «caballo de Troya»- y se incrusta en distintas bacterias, desde el temido Clostridioides difficile, causante de graves infecciones intestinales, hasta Enterococcus faecium, responsable de contagios hospitalarios con una tasa de mortalidad de un 30% en España.
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