El diferencial cambiario hace competitivo los productos bolivianos, y una muestra clara está en el aumento de las ventas ilegales en las fronteras con países vecinos, en donde cada día se decomisan alimentos.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Antonio Rodríguez, responde a tres preguntas de EL DIARIO:
ED.- Las exportaciones mantienen el porcentaje entre tradicionales y no tradicionales 75 y 25%
GAR.- Según datos del INE al mes de mayo de 2025, las Exportaciones No Tradicionales (ENT) de Bolivia han subido su aporte al 28% de participación sobre el total general, esto, no precisamente gracias a que las ENT haya aumentado su valor, siendo que, comparativamente a igual lapso del 2024 han caído más bien en un 7%. Las Exportaciones Tradicionales han bajado un 5%, producto del desplome de los hidrocarburos en un 37% a su interior, vale decir que, en realidad, lo que está pasando es que esta reconfiguración, lamentablemente no se está dando por un mejor desempeño de las ventas no tradicionales, sino por un languidecimiento del grupo de exportaciones de recursos extractivos no renovables.
ED.- La agricultura subió su participación, pero en los últimos 20 años no hubo políticas para fomentar un aumento significativo. Estamos retrocediendo.
GAR.- El hecho que las ENT del país hayan llegado a un valor récord de casi 3.900 millones de dólares en 2022, haciendo que su participación sobre el total exportado subiera al 30%, se debió al gran aporte de las exportaciones agropecuarias, con un fortísimo componente de alimentos como la soya y derivados (aceites, torta, harina), castaña, carne bovina y derivados, quinua, azúcar, bananas, leche, chía, sésamo, café, palmitos y maní, entre los principales. Pero, fruto de factores internos como los bloqueos, falta de dólares, escasez de combustibles, cupos y restricciones a la exportación, así como factores exógenos, como los bajos precios internacionales y factores climáticos, en ausencia de políticas que apuntalen la productividad y competitividad -como el uso de la biotecnología, entre ellas- determinaron su caída por más de 1.200 millones de dólares y más de un millón de toneladas en 2024, comparadas al pico exportador alcanzado. Por tanto, dolorosamente, en lugar de avanzar, vamos retrocediendo, cuando tenemos absolutamente todas las condiciones materiales para crecer sostenida y sosteniblemente, no lo hacemos.
Por ejemplo, en el caso de la quina, hoy vendemos casi el mismo volumen que en el año 2014, por menos de la mitad en términos de valor, vale decir que nos estancamos en su producción y bajó el ingreso de dólares, comparativamente a lo que vendimos al mundo en su mejor momento; no ocurre lo mismo con la carne bovina, este producto tiene cupo de exportación, así como éstos, hay otros ejemplos que debieran superarse para exportar mucho más, dado el enorme potencial con el que cuenta el país.
ED.- Es una buena oportunidad para las empresas bolivianas la crisis del dólar para formar cadenas productivas en todos los sectores o las exportaciones e importaciones tienen mayor peso que la intención empresarial.
GAR.- Con el diferencial cambiario existente, deberíamos estar exportando como locos, literalmente y sin exagerar. Lamentablemente, hay frenos internos que lo impiden, como la inestabilidad política y social, que impacta directamente sobre la economía y los buenos ánimos de quienes producen y hacen empresa en Bolivia.
Es increíble cómo un país que lo tiene todo para desarrollarse, no lo hace, no por falta de recursos naturales, sino, por falta de una estrategia de desarrollo a partir del entendimiento de que el comercio exterior es vital para cualquier país, y, dentro de él, que las exportaciones no son una “economía de rebalse”, sino, un gran motor para invertir más, producir más, generar más excedentes, vender más al mundo y, con ello, generar ingresos para las familias y divisas para el país, para poder financiar sus necesidades de dólares y cubrir las importaciones de las cuales depende.
Si esto se entiende así, entonces, Gobierno y privados, deberían tener una visión conjunta y adoptarse políticas de Estado para generar un proceso de desarrollo con la mira puesta en el gran motor de la demanda externa, trabajando para mejorar la productividad, la competitividad y abriendo mercados externos para vender mucho más.
La entrada “Con semejante diferencial de cambio, deberíamos estar exportando como locos” se publicó primero en El Diario – Bolivia.
El diferencial cambiario hace competitivo los productos bolivianos, y una muestra clara está en el aumento de las ventas ilegales en las fronteras con países vecinos, en donde cada día se decomisan alimentos. El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Antonio Rodríguez, responde a tres preguntas de EL DIARIO: ED.- Las
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El diferencial cambiario hace competitivo los productos bolivianos, y una muestra clara está en el aumento de las ventas ilegales en las fronteras con países vecinos, en donde cada día se decomisan alimentos.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Antonio Rodríguez, responde a tres preguntas de EL DIARIO:
ED.- Las exportaciones mantienen el porcentaje entre tradicionales y no tradicionales 75 y 25%
GAR.- Según datos del INE al mes de mayo de 2025, las Exportaciones No Tradicionales (ENT) de Bolivia han subido su aporte al 28% de participación sobre el total general, esto, no precisamente gracias a que las ENT haya aumentado su valor, siendo que, comparativamente a igual lapso del 2024 han caído más bien en un 7%. Las Exportaciones Tradicionales han bajado un 5%, producto del desplome de los hidrocarburos en un 37% a su interior, vale decir que, en realidad, lo que está pasando es que esta reconfiguración, lamentablemente no se está dando por un mejor desempeño de las ventas no tradicionales, sino por un languidecimiento del grupo de exportaciones de recursos extractivos no renovables.
ED.- La agricultura subió su participación, pero en los últimos 20 años no hubo políticas para fomentar un aumento significativo. Estamos retrocediendo.
GAR.- El hecho que las ENT del país hayan llegado a un valor récord de casi 3.900 millones de dólares en 2022, haciendo que su participación sobre el total exportado subiera al 30%, se debió al gran aporte de las exportaciones agropecuarias, con un fortísimo componente de alimentos como la soya y derivados (aceites, torta, harina), castaña, carne bovina y derivados, quinua, azúcar, bananas, leche, chía, sésamo, café, palmitos y maní, entre los principales. Pero, fruto de factores internos como los bloqueos, falta de dólares, escasez de combustibles, cupos y restricciones a la exportación, así como factores exógenos, como los bajos precios internacionales y factores climáticos, en ausencia de políticas que apuntalen la productividad y competitividad -como el uso de la biotecnología, entre ellas- determinaron su caída por más de 1.200 millones de dólares y más de un millón de toneladas en 2024, comparadas al pico exportador alcanzado. Por tanto, dolorosamente, en lugar de avanzar, vamos retrocediendo, cuando tenemos absolutamente todas las condiciones materiales para crecer sostenida y sosteniblemente, no lo hacemos.
Por ejemplo, en el caso de la quina, hoy vendemos casi el mismo volumen que en el año 2014, por menos de la mitad en términos de valor, vale decir que nos estancamos en su producción y bajó el ingreso de dólares, comparativamente a lo que vendimos al mundo en su mejor momento; no ocurre lo mismo con la carne bovina, este producto tiene cupo de exportación, así como éstos, hay otros ejemplos que debieran superarse para exportar mucho más, dado el enorme potencial con el que cuenta el país.
ED.- Es una buena oportunidad para las empresas bolivianas la crisis del dólar para formar cadenas productivas en todos los sectores o las exportaciones e importaciones tienen mayor peso que la intención empresarial.
GAR.- Con el diferencial cambiario existente, deberíamos estar exportando como locos, literalmente y sin exagerar. Lamentablemente, hay frenos internos que lo impiden, como la inestabilidad política y social, que impacta directamente sobre la economía y los buenos ánimos de quienes producen y hacen empresa en Bolivia.
Es increíble cómo un país que lo tiene todo para desarrollarse, no lo hace, no por falta de recursos naturales, sino, por falta de una estrategia de desarrollo a partir del entendimiento de que el comercio exterior es vital para cualquier país, y, dentro de él, que las exportaciones no son una “economía de rebalse”, sino, un gran motor para invertir más, producir más, generar más excedentes, vender más al mundo y, con ello, generar ingresos para las familias y divisas para el país, para poder financiar sus necesidades de dólares y cubrir las importaciones de las cuales depende.
Si esto se entiende así, entonces, Gobierno y privados, deberían tener una visión conjunta y adoptarse políticas de Estado para generar un proceso de desarrollo con la mira puesta en el gran motor de la demanda externa, trabajando para mejorar la productividad, la competitividad y abriendo mercados externos para vender mucho más.
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