La situación en Venezuela, examinada por la Corte Penal Internacional (CPI), sigue siendo de gran preocupación para las víctimas de crímenes internacionales cometidos en el país. Se enfrenta un panorama incierto, agravado por la solicitud de recusación del Fiscal de la CPI, Karim Khan, bajo acusaciones de un posible conflicto de interés. Este proceso, sin precedentes en la historia de la Corte, plantea desafíos que podrían retrasar aún más el acceso a la justicia.
“Muchas víctimas expresaron un profundo sentimiento de frustración, sintiendo que el Fiscal no dio a la difícil situación la misma prioridad que a otras situaciones donde las investigaciones avanzaron más rápidamente y dieron lugar a la emisión de varias órdenes de arresto. Se preguntan por qué los crímenes y el sufrimiento que padecieron parecen ser tratados con menos urgencia en comparación con los que afectan a las víctimas en otros contextos”, expresó la Oficina de Defensa de las Víctimas del organismo, en un documento firmado por Paolina Massidda, Enrique Carnero Rojo y Ana Peña.
IMPACTO EN VÍCTIMAS
Desde el inicio del proceso en 2018, las víctimas esperaron justicia por los crímenes sufridos. La solicitud de recusación del Fiscal, presentada bajo el artículo 42(8) del Estatuto de Roma, busca apartarlo de la investigación. Sin embargo, las víctimas temen que esta acción, de ser aprobada, paralice las investigaciones hasta que se nombre un nuevo Fiscal, lo que dilataría aún más un proceso ya de por sí lento.
El sentimiento de abandono entre las víctimas se intensifica con cada retraso. Según el documento de la Oficina de Asistencia Jurídica para las Víctimas (OPCV), cualquier demora en las investigaciones afecta directamente sus derechos a conocer la verdad, obtener justicia y recibir reparaciones.
A pesar de que la investigación fue autorizada en 2023 tras años de espera, todavía no se ha abierto un caso formal contra ningún responsable. Esta falta de avances concretos contrasta con otros casos en los que la CPI emitió órdenes de arresto de manera más expedita.
Las víctimas expresan su frustración y cuestionan por qué los crímenes en Venezuela no recibieron el mismo nivel de prioridad. Esta percepción aumenta su desconfianza en el sistema de justicia internacional y su sensación de ser relegadas frente a otras situaciones similares.
ENFOQUE DE COMPLEMENTARIEDAD
El Fiscal defendió la estrategia de “complementariedad positiva”, que busca fomentar investigaciones nacionales en Venezuela antes de avanzar en el proceso internacional. En tanto, la Cámara de Apelaciones de la CPI ya determinó que el Estado venezolano no lleva a cabo investigaciones genuinas sobre los crímenes denunciados.
Las víctimas temen que este enfoque prolongue aún más el inicio de medidas concretas en la CPI. Si bien, las investigaciones nacionales son un pilar del Estatuto de Roma, los esfuerzos para alentar al Estado a actuar no deberían hacerse a expensas de las víctimas y de un acceso expedito a la justicia internacional.
El contexto actual en Venezuela agrava las preocupaciones de las víctimas. Tras las elecciones de julio de 2024, el Gobierno intensificó su represión mediante detenciones masivas, actos de violencia y violaciones de derechos humanos. Según Foro Penal, casi 2.000 personas están detenidas, incluidas mujeres, adolescentes y personas vulnerables, muchas de las cuales sufren tortura y tratos degradantes.
A pesar de estos acontecimientos, el Fiscal no emitió declaraciones públicas ni tomó acciones visibles en respuesta a los crímenes recientes. Esta aparente inacción aumenta el sentimiento de abandono entre las víctimas y sus familias.
EXIGENCIAS DE LAS VÍCTIMAS
Las víctimas exigen que la investigación de la CPI no sufra interrupciones. Si se aprueba la recusación del Fiscal, solicitan que se tomen medidas rápidas para garantizar la continuidad del proceso. Señalan que cualquier demora adicional no solo les negaría justicia, sino que también debilitaría la credibilidad de la CPI.
Asimismo, piden un mayor compromiso del Fiscal y de la CPI para abordar tanto los crímenes históricos como los recientes, incluidos aquellos perpetrados tras las elecciones de 2024. La prioridad debe ser avanzar con determinación en las investigaciones para garantizar que los responsables enfrenten la justicia.
La situación en Venezuela presenta un desafío crítico para la CPI y para el sistema de justicia internacional. Las víctimas, que soportaron años de espera y sufrimiento, ven con preocupación cualquier medida que pueda retrasar aún más las investigaciones.
En un contexto de represión estatal y violaciones constantes de derechos humanos, garantizar una justicia expedita no solo es un imperativo legal, sino también una obligación moral para con las víctimas y sus familias. La comunidad internacional debe asegurar que los derechos de las víctimas no queden relegados por cuestiones procedimentales o políticas. (Infobae)
La entrada Cuestionan demora de Corte Penal en investigación de crímenes en Venezuela se publicó primero en El Diario – Bolivia.
La situación en Venezuela, examinada por la Corte Penal Internacional (CPI), sigue siendo de gran preocupación para las víctimas de crímenes internacionales cometidos en el país. Se enfrenta un panorama incierto, agravado por la solicitud de recusación del Fiscal de la CPI, Karim Khan, bajo acusaciones de un posible conflicto de interés. Este proceso, sin
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La situación en Venezuela, examinada por la Corte Penal Internacional (CPI), sigue siendo de gran preocupación para las víctimas de crímenes internacionales cometidos en el país. Se enfrenta un panorama incierto, agravado por la solicitud de recusación del Fiscal de la CPI, Karim Khan, bajo acusaciones de un posible conflicto de interés. Este proceso, sin precedentes en la historia de la Corte, plantea desafíos que podrían retrasar aún más el acceso a la justicia.“Muchas víctimas expresaron un profundo sentimiento de frustración, sintiendo que el Fiscal no dio a la difícil situación la misma prioridad que a otras situaciones donde las investigaciones avanzaron más rápidamente y dieron lugar a la emisión de varias órdenes de arresto. Se preguntan por qué los crímenes y el sufrimiento que padecieron parecen ser tratados con menos urgencia en comparación con los que afectan a las víctimas en otros contextos”, expresó la Oficina de Defensa de las Víctimas del organismo, en un documento firmado por Paolina Massidda, Enrique Carnero Rojo y Ana Peña.
IMPACTO EN VÍCTIMASDesde el inicio del proceso en 2018, las víctimas esperaron justicia por los crímenes sufridos. La solicitud de recusación del Fiscal, presentada bajo el artículo 42(8) del Estatuto de Roma, busca apartarlo de la investigación. Sin embargo, las víctimas temen que esta acción, de ser aprobada, paralice las investigaciones hasta que se nombre un nuevo Fiscal, lo que dilataría aún más un proceso ya de por sí lento.El sentimiento de abandono entre las víctimas se intensifica con cada retraso. Según el documento de la Oficina de Asistencia Jurídica para las Víctimas (OPCV), cualquier demora en las investigaciones afecta directamente sus derechos a conocer la verdad, obtener justicia y recibir reparaciones.A pesar de que la investigación fue autorizada en 2023 tras años de espera, todavía no se ha abierto un caso formal contra ningún responsable. Esta falta de avances concretos contrasta con otros casos en los que la CPI emitió órdenes de arresto de manera más expedita.Las víctimas expresan su frustración y cuestionan por qué los crímenes en Venezuela no recibieron el mismo nivel de prioridad. Esta percepción aumenta su desconfianza en el sistema de justicia internacional y su sensación de ser relegadas frente a otras situaciones similares.
ENFOQUE DE COMPLEMENTARIEDADEl Fiscal defendió la estrategia de “complementariedad positiva”, que busca fomentar investigaciones nacionales en Venezuela antes de avanzar en el proceso internacional. En tanto, la Cámara de Apelaciones de la CPI ya determinó que el Estado venezolano no lleva a cabo investigaciones genuinas sobre los crímenes denunciados.Las víctimas temen que este enfoque prolongue aún más el inicio de medidas concretas en la CPI. Si bien, las investigaciones nacionales son un pilar del Estatuto de Roma, los esfuerzos para alentar al Estado a actuar no deberían hacerse a expensas de las víctimas y de un acceso expedito a la justicia internacional.El contexto actual en Venezuela agrava las preocupaciones de las víctimas. Tras las elecciones de julio de 2024, el Gobierno intensificó su represión mediante detenciones masivas, actos de violencia y violaciones de derechos humanos. Según Foro Penal, casi 2.000 personas están detenidas, incluidas mujeres, adolescentes y personas vulnerables, muchas de las cuales sufren tortura y tratos degradantes.A pesar de estos acontecimientos, el Fiscal no emitió declaraciones públicas ni tomó acciones visibles en respuesta a los crímenes recientes. Esta aparente inacción aumenta el sentimiento de abandono entre las víctimas y sus familias.
EXIGENCIAS DE LAS VÍCTIMASLas víctimas exigen que la investigación de la CPI no sufra interrupciones. Si se aprueba la recusación del Fiscal, solicitan que se tomen medidas rápidas para garantizar la continuidad del proceso. Señalan que cualquier demora adicional no solo les negaría justicia, sino que también debilitaría la credibilidad de la CPI.Asimismo, piden un mayor compromiso del Fiscal y de la CPI para abordar tanto los crímenes históricos como los recientes, incluidos aquellos perpetrados tras las elecciones de 2024. La prioridad debe ser avanzar con determinación en las investigaciones para garantizar que los responsables enfrenten la justicia.La situación en Venezuela presenta un desafío crítico para la CPI y para el sistema de justicia internacional. Las víctimas, que soportaron años de espera y sufrimiento, ven con preocupación cualquier medida que pueda retrasar aún más las investigaciones.En un contexto de represión estatal y violaciones constantes de derechos humanos, garantizar una justicia expedita no solo es un imperativo legal, sino también una obligación moral para con las víctimas y sus familias. La comunidad internacional debe asegurar que los derechos de las víctimas no queden relegados por cuestiones procedimentales o políticas. (Infobae)
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