<p>En el mundo unos <strong>520 millones de personas sufren algún tipo de alergia alimentaria</strong>. La prevalencia de alergia a alimentos ha ido en aumento en las últimas décadas tanto en España como a nivel global. Se estima que <strong>entre el 6% y el 8% de los niños</strong> y hasta el <strong>4% de los adultos padecen algún tipo</strong>, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). </p>
Un grupo de investigadores de EEUU publican sus hallazgos en dos artículos en ‘Science’. El hallazgo, realizado en ratones, también va acompañado de una vía terapéutica ya comercializada contra las alergias respiratorias
En el mundo unos 520 millones de personas sufren algún tipo de alergia alimentaria. La prevalencia de alergia a alimentos ha ido en aumento en las últimas décadas tanto en España como a nivel global. Se estima que entre el 6% y el 8% de los niños y hasta el 4% de los adultos padecen algún tipo, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
Las más comunes afectan al gluten, la leche, el huevo y el pescado. Y las formas de abordarla son complejas. Hasta hace unos años no existía más recomendación que la de evitar el alimento al que el paciente es alérgico. Esto se covierte, a veces, en restringir la dieta, lo que a su vez desencadena un empeoramiento en la calidad de vida. Por lo tanto, hay una necesidad de ofrecer nuevos tratamientos más allá de las pautas de evitación.
Una nueva investigación en ratones revela que la anafilaxia inducida por alimentos está impulsada por vías inmunitarias distintas que involucran lípidos inflamatorios llamados leucotrienos. Los hallazgos, publicados en dos estudios independientes en la revista Science, identifican ahora factores genéticos y celulares que influyen en la sensibilidad las reacciones alérgicas graves y apuntan al potencial del fármaco Zileuton para bloquear esta respuesta potencialmente mortal.
Se trata de dos investigaciones realizadas por la Facultad de Medicina de la Unviersidad de Yale y la Universidad de Northwestern, liderados por Laura Hoyt y Nathaniel Bachtel, que viene acompañados de un comentario editorial sobre la relevancia de este hallazgo.
Los leucotrienos, como explica Belén de la Hoz Caballer, «son mediadores lipídicos que juegan un papel importante en la inflamación, especialmente en procesos como el asma y la rinitis alérgicas». Como miembro del Comité de Alergia a Alimentos de la Seaic, de la Hoz Caballer señala que «su identificación es novedosa en los artículos al relacionarlos con la alergia a los alimentos».
Junto a los nuevos protagonistas de la reacción exagerada, se ha encontrado un fármaco que la frenaría: zileutón. En la actualidad este compuesta ya se usa para prevenir las dificultades respiratorias, la opresión en el pecho, la sibilancia (jadeo) y la tos causada por el asma.
«Existen otros fármacos que se llaman antileucotrienos, como el montelukast, son medicamentos que bloquean la acción de los leucotrienos y se utilizan para tratar el asma y la rinitis alérgica, ayudando a reducir los síntomas y la inflamación», comenta de la Hoz Caballer.
Las alergias alimentarias surgen cuando el sistema inmunitario responde de forma exagerada a determinadas proteínas presentes en los alimentos. Esta reacción suele estar impulsada por los anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE), que reconocen los alérgenos alimentarios y activan los mastocitos (glóbulos blancos con un rol definido en la respuesta inflamatoria y alérgica) en todo el cuerpo.
En casos graves, la exposición a alérgenos alimentarios provoca anafilaxia, una afección potencialmente mortal caracterizada por la constricción de las vías respiratorias y el colapso cardiovascular.
Si bien investigaciones anteriores han identificado las señales específicas de los mastocitos implicadas en la anafilaxia causada por alérgenos inyectados en ratones, los mecanismos relacionados con la anafilaxia desencadenados por alérgenos ingeridos siguen sin conocerse bien. En este caso, a través de dos estudios en ratones, los investigadores abordan esta cuestión.
Para la portavoz de la Seaic, «como en todos los modelos en animales es muy interesante para conocer en parte los mecanismos fisiopatológicos que se producen en las enfermedades y en particular en la alergia a los alimentos».
En este sentido, destaca que gracias a estas conclusiones conseguidas a través de las pruebas en roedores «se constata la implicación de los leucotrienos en la respuesta alérgica inflamatoria frente a los alimentos que presentan los ratones alérgicos. Su papel es determinante en el entorno del tubo digestivo es decir cuando el alérgeno llega por vía oral. En esta situación los leucotrienos son capaces de estimular las célula inflamatorias y las células inmunes de la respuesta alérgica».
El rol de los leucotrienos les sirve a los inmunólogo a «comprender su implicación en este tipo de alergia, el uso de los antileucotrienos y la posibilidad de utilizarlos en un futuro a largo plazo en la alergia a los alimentos», remacha de la Hoz Caballer.
Salud