En la búsqueda del gato andino se instalaron cámaras trampa en zonas rocosas y potenciales para su avistamiento, en lugares alejados de las Markas, Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (Anmin) Apolobamba, donde habita el felino esquivo y del que se presume que su población se encuentra en muy baja densidad, según investigaciones, la especie también registra una menor variabilidad genética.
El equipo de la Fundación Teko Kavi que ejecuta el proyecto “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú” con el respaldo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF), que pretende establecer un Plan de Conservación en Apolobamba, instaló 40 cámaras de fototrampeo en varias comunidades (que conforman markas), con la participación de guardaparques y los pobladores.
El plan incluye la capacitación en educación ambiental para la conservación del felino y sus ecosistemas, además de la implementación de acciones como la tenencia responsable de mascotas (perros y gatos), la sensibilización respecto del rol ecológico que la especie tiene en la región altoandina, junto con la participación de mujeres como el fundamental componente de género.
“Para aumentar las posibilidades de registrar la especie (Leopardus jacobita) se busca el mejor lugar para ubicar las cámaras trampa, el sitio tiene que ser un poco cerrado con algún camino de un animal, en roquedales, y donde exista la presencia de vizcachas (su alimento favorito) y alguna fuente de agua cercana”, informó la bióloga de Teko Kavi, Oriana Prado, quien participó en la instalación y ubicación de los dispositivos fotográficos.
Las cámaras trampa cuentan con un sensor infrarrojo pasivo (PIR) que detecta el movimiento y cambios en la temperatura ambiente, el área que cubre al emitir haces de luz hacia diferentes lugares se denomina “zona de detección” o arco, los dispositivos automáticos son usados como una herramienta muy útil en biología para la investigación de la fauna silvestre, permitiendo la observación no invasiva de animales en su hábitat natural.
La bióloga de Teko Kavi explicó que es fundamental la participación de los pobladores de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros, sobre todo de las mujeres que son pastoras, porque también conocen otros lugares, que fueron establecidos por sus propios avistamientos.
El felino con un pelaje gris ceniza con manchas marrones y amarillentas, tiene un peso de entre siete a ocho kilogramos y una altura de unos 40 centímetros, sobresale su cilíndrica cola que es más larga que su cuerpo con anillos anchos de color café oscuro a negro.
Es conocido también como el “mensajero de los Achachilas” que habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí; sin embargo, la dificultad para ser observado hace más difícil su estudio y conservación.
Algunas investigaciones indican que las poblaciones del gato andino se encuentran naturalmente fragmentadas, por tener un hábitat rocoso separado y elevado a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, al ser un carnívoro y vivir en zonas de climas extremos, sus poblaciones están en muy baja densidad o se redujeron.
Otros estudios reportaron que la especie tiene una menor variabilidad genética, un aspecto que incrementa su fragilidad a las enfermedades que le pueden transmitir perros y gatos asilvestrados.
Los mamíferos y especialmente los carnívoros han sido propuestos como indicadores de la biodiversidad y salud de los ecosistemas. En general, una especie se considera indicadora cuando, la presencia de la misma significa que el hábitat donde vive se encuentra en buena condición ambiental.
MENOS RESILIENTES
El biólogo boliviano, Josef Rechberger, especialista en mastozoología, dijo que no se puede decir que los gatos andinos puedan estar más débiles, pero por la consanguinidad no tienen mucha variabilidad genética y esto los hace menos resilientes o adaptables a los cambios.
Explicó que el equipo de Teko Kavi trabaja con educación ambiental en las unidades educativas de las tres markas, con el empleo del método lúdico y el kit educativo de la Alianza del Gato Andino (AGA), una red dedicada 25 años a la conservación de la especie en Argentina, Bolivia, Chile y Perú, que propone una serie de actividades que los facilitadores de campo podrán utilizar para continuar con las acciones de enseñanza destinada a la conservación del pequeño felino.
Rechberger anunció que durante esta gestión se inició la segunda parte del proyecto denominado “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú”, por lo que se tiene previsto, la realización de una serie de actividades en territorio boliviano por Teko Kavi y en el lado peruano por AGA.
La Fundación Teko Kavi que busca fortalecer los medios de vida sostenibles para comunidades indígenas, ejecutó el 2023 proyecto “Conservación del gato andino en la Nación Pukina dentro del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba”, que posibilitó la elaboración de un plan de acción y una guía que promueven la conservación del pequeño felino por medio de la educación ambiental y que incluye una metodología lúdica. (Edwin Conde Villarreal)
La entrada Instalan cámaras trampa y amplían su estudio en zonas de Apolobamba se publicó primero en El Diario – Bolivia.
En la búsqueda del gato andino se instalaron cámaras trampa en zonas rocosas y potenciales para su avistamiento, en lugares alejados de las Markas, Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (Anmin) Apolobamba, donde habita el felino esquivo y del que se presume que su población se encuentra en muy
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En la búsqueda del gato andino se instalaron cámaras trampa en zonas rocosas y potenciales para su avistamiento, en lugares alejados de las Markas, Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (Anmin) Apolobamba, donde habita el felino esquivo y del que se presume que su población se encuentra en muy baja densidad, según investigaciones, la especie también registra una menor variabilidad genética.
El equipo de la Fundación Teko Kavi que ejecuta el proyecto “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú” con el respaldo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF), que pretende establecer un Plan de Conservación en Apolobamba, instaló 40 cámaras de fototrampeo en varias comunidades (que conforman markas), con la participación de guardaparques y los pobladores.
El plan incluye la capacitación en educación ambiental para la conservación del felino y sus ecosistemas, además de la implementación de acciones como la tenencia responsable de mascotas (perros y gatos), la sensibilización respecto del rol ecológico que la especie tiene en la región altoandina, junto con la participación de mujeres como el fundamental componente de género.
“Para aumentar las posibilidades de registrar la especie (Leopardus jacobita) se busca el mejor lugar para ubicar las cámaras trampa, el sitio tiene que ser un poco cerrado con algún camino de un animal, en roquedales, y donde exista la presencia de vizcachas (su alimento favorito) y alguna fuente de agua cercana”, informó la bióloga de Teko Kavi, Oriana Prado, quien participó en la instalación y ubicación de los dispositivos fotográficos.
Las cámaras trampa cuentan con un sensor infrarrojo pasivo (PIR) que detecta el movimiento y cambios en la temperatura ambiente, el área que cubre al emitir haces de luz hacia diferentes lugares se denomina “zona de detección” o arco, los dispositivos automáticos son usados como una herramienta muy útil en biología para la investigación de la fauna silvestre, permitiendo la observación no invasiva de animales en su hábitat natural.
La bióloga de Teko Kavi explicó que es fundamental la participación de los pobladores de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros, sobre todo de las mujeres que son pastoras, porque también conocen otros lugares, que fueron establecidos por sus propios avistamientos.
El felino con un pelaje gris ceniza con manchas marrones y amarillentas, tiene un peso de entre siete a ocho kilogramos y una altura de unos 40 centímetros, sobresale su cilíndrica cola que es más larga que su cuerpo con anillos anchos de color café oscuro a negro.
Es conocido también como el “mensajero de los Achachilas” que habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí; sin embargo, la dificultad para ser observado hace más difícil su estudio y conservación.
Algunas investigaciones indican que las poblaciones del gato andino se encuentran naturalmente fragmentadas, por tener un hábitat rocoso separado y elevado a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, al ser un carnívoro y vivir en zonas de climas extremos, sus poblaciones están en muy baja densidad o se redujeron.
Otros estudios reportaron que la especie tiene una menor variabilidad genética, un aspecto que incrementa su fragilidad a las enfermedades que le pueden transmitir perros y gatos asilvestrados.
Los mamíferos y especialmente los carnívoros han sido propuestos como indicadores de la biodiversidad y salud de los ecosistemas. En general, una especie se considera indicadora cuando, la presencia de la misma significa que el hábitat donde vive se encuentra en buena condición ambiental.
MENOS RESILIENTES
El biólogo boliviano, Josef Rechberger, especialista en mastozoología, dijo que no se puede decir que los gatos andinos puedan estar más débiles, pero por la consanguinidad no tienen mucha variabilidad genética y esto los hace menos resilientes o adaptables a los cambios.
Explicó que el equipo de Teko Kavi trabaja con educación ambiental en las unidades educativas de las tres markas, con el empleo del método lúdico y el kit educativo de la Alianza del Gato Andino (AGA), una red dedicada 25 años a la conservación de la especie en Argentina, Bolivia, Chile y Perú, que propone una serie de actividades que los facilitadores de campo podrán utilizar para continuar con las acciones de enseñanza destinada a la conservación del pequeño felino.
Rechberger anunció que durante esta gestión se inició la segunda parte del proyecto denominado “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú”, por lo que se tiene previsto, la realización de una serie de actividades en territorio boliviano por Teko Kavi y en el lado peruano por AGA.
La Fundación Teko Kavi que busca fortalecer los medios de vida sostenibles para comunidades indígenas, ejecutó el 2023 proyecto “Conservación del gato andino en la Nación Pukina dentro del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba”, que posibilitó la elaboración de un plan de acción y una guía que promueven la conservación del pequeño felino por medio de la educación ambiental y que incluye una metodología lúdica. (Edwin Conde Villarreal)
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