<p>En muchos trabajos frente al ordenador, cuando la enorme carga de trabajo hace que no nos movamos ni al baño, se pierde la noción del tiempo y podemos pasar horas sin movernos. Aunque su jefe le mire mal, asegúrese de levantarse cada tanto y caminar, subir escaleras o moverse mínimamente porque no basta con que el fin de semana se vaya a hacer senderismo o que juegue un partidillo con amigos al terminar la jornada, eso no compensa el riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte que se asocia a estar sentado (o reclinado/acostado) más de 10 horas durante el día.</p>
Según un nuevo estudio, el riesgo de insuficiencia cardiaca y de muerte cardiovascular también ocurre en personas que tratan de compensar y hacen ejercicio regularmente
En muchos trabajos frente al ordenador, cuando la enorme carga de trabajo hace que no nos movamos ni al baño, se pierde la noción del tiempo y podemos pasar horas sin movernos. Aunque su jefe le mire mal, asegúrese de levantarse cada tanto y caminar, subir escaleras o moverse mínimamente porque no basta con que el fin de semana se vaya a hacer senderismo o que juegue un partidillo con amigos al terminar la jornada, eso no compensa el riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte que se asocia a estar sentado (o reclinado/acostado) más de 10 horas durante el día.
Así lo indica un estudio publicado en JACC, la revista insignia del Colegio Americano de Cardiología, presentado en las Sesiones Científicas de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) de 2024. El trabajo muestra que más de 10 horas y media (10,6) de comportamiento sedentario por día se relaciona significativamente con insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular futura, incluso entre personas que cumplen con los niveles recomendados de ejercicio.
«Nuestros hallazgos respaldan la reducción del tiempo de sedentarismo para reducir el riesgo cardiovascular, ya que 10,6 horas al día marcan un umbral potencialmente clave vinculado con una mayor insuficiencia cardíaca y mortalidad cardiovascular. Estar demasiado tiempo sentado o acostado puede ser perjudicial para la salud cardíaca, incluso para las personas activas», señala Shaan Khurshid, cardiólogo del Hospital General de Massachusetts y coautor principal del estudio.
No es un nuevo que la falta de ejercicio es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y, de hecho, las pautas actuales recomiendan más de 150 minutos de actividad física moderada a intensa por semana para promover la salud cardíaca. Sin embargo, los expertos de este estudio dicen que el ejercicio es solo una pequeña fracción de la actividad diaria total y que las pautas actuales no brindan orientación específica sobre el comportamiento sedentario, que representa una parte mucho mayor de la actividad diaria, a pesar de la evidencia de que está directamente relacionado con el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Por eso, este estudio examinó la cantidad de tiempo sedentario en el que el riesgo de enfermedad cardiovascular es mayor y analizó cómo el comportamiento sedentario y la actividad física juntos impactan en las probabilidades de fibrilación auricular (arritmia), insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio y mortalidad cardiovascular. Incluyeron a 89.530 participantes del Biobanco del Reino Unido (una enorme base de datos que lleva recopilando información de medio millón de británicos desde 2006), el 56,4% mujeres y con una edad media de 62 años. Los datos procedían de un acelerómetro triaxial que llevaban en la muñeca y que registró el movimiento durante siete días, siendo el tiempo medio de sedentarismo al día de 9,4 horas.
Después de un seguimiento promedio de ocho años, 3.638 individuos (4,9%) desarrollaron fibrilación auricular, 1.854 (2,1%) desarrollaron insuficiencia cardiaca, 1.610 (1,84%) desarrollaron infarto de miocardio y 846 (0,94%) murieron por causas cardiovasculares, respectivamente.
Los efectos del tiempo sedentario variaron según el resultado. En el caso de la fibrilación auricular y el infarto de miocardio, el riesgo aumentó de forma constante con el tiempo sin grandes cambios. En el caso de la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular, el aumento del riesgo fue mínimo hasta que el tiempo sedentario superó las 10,6 horas diarias, momento en el que el riesgo aumentó significativamente, lo que muestra un efecto de ‘umbral’ para la conducta.
En el caso de los participantes que cumplieron con los 150 minutos recomendados de actividad física moderada a vigorosa o más, los efectos del comportamiento sedentario sobre los riesgos de fibrilación auricular e infarto de miocardio se redujeron sustancialmente, pero los efectos sobre un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca y mortalidad cardiovascular siguieron siendo prominentes.
«Las futuras directrices y las iniciativas de salud pública deberían hacer hincapié en la importancia de reducir el tiempo de sedentarismo. Evitar estar sentados más de 10,6 horas al día puede ser un objetivo mínimo realista para una mejor salud cardíaca», subraya Khurshid.
En un comentario editorial adjunto, Charles Eaton, director del Departamento de Medicina Familiar de la Universidad Brown, apunta que el uso de acelerómetros portátiles ha demostrado que el ejercicio se sobreestima significativamente cuando es la gente la que informa del ejercicio que hace y que el comportamiento sedentario se subestima.
Según Eaton, reemplazar simplemente 30 minutos del tiempo excesivo que pasamos sentados cada día con cualquier tipo de actividad física puede reducir los riesgos para la salud cardíaca. Agregar actividad de moderada a vigorosa redujo el riesgo de insuficiencia cardiaca en un 15% y la mortalidad cardiovascular en un 10%, e incluso hacer alguna actividad liviana marcó la diferencia al reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca en un 6% y la mortalidad cardiovascular en un 9%.
Para Harlan M. Krumholz, profesor de la cátedra Harold H. Hines Jr. en la Facultad de Medicina de Yale y editor jefe de JACC, este estudio contribuye «a la creciente evidencia del fuerte vínculo entre el comportamiento sedentario y la salud cardiovascular. Los hallazgos sugieren firmemente que necesitamos que la gente se mueva para promover una mejor salud».
El estudio tiene varias limitaciones, entre ellas la imposibilidad de conocer detalles sobre dónde y por qué las personas permanecen sentadas o acostadas durante períodos prolongados, como en el lugar de trabajo, lo que podría tener diferentes efectos sobre los riesgos cardiovasculares. Los acelerómetros que se llevan en la muñeca son imperfectos para detectar la postura y, por lo tanto, podrían clasificar erróneamente el tiempo que se pasa de pie como tiempo sedentario. Los investigadores señalan que un período de seguimiento más prolongado puede proporcionar datos más precisos sobre los hábitos y patrones de actividad.
«La potencia del estudio es que incluye muchos pacientes, que el seguimiento es largo y que tiene una buena medición de la actividad porque todos tienen ese dispositivo, un acelerómetro, o sea, no es un cuestionario porque muchos estudios previos son como los de la dieta: lo que se hace es preguntar a la gente y la gente siempre es muy buena consigo misma y se cree que se mueve mucho más de lo que se mueve (o que come menos de lo que come), en cambio aquí se objetiva», comenta Ignacio Fernández Lozano, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Para Fernández, la clave no es decir que el ejercicio es bueno porque eso ya se sabe, «sino que estar mucho tiempo quieto, en concreto más de 10,6 horas al día, se asocia claramente a una mayor incidencia de eventos cardiovasculares: de infarto de miocardio, de fibrilación auricular, de insuficiencia cardíaca y de mortalidad cardiovascular. Lo diferente de este estudio es que no solo importa el nivel de ejercicio, sino que estar quieto más de 10 horas y media es perjudicial, es la clave del asunto».
Y ese sedentarismo, recalca, no se compensa haciendo mucho ejercicio. «Es mejor estar menos tiempo quietos y moverse más». El especialista reconoce que a veces es complicado, pero hay que obligarse «a partir ese tiempo prolongado sentados: hay que intentar intercalarlo con una pequeña actividad, aprovecha para hacer un recado e ir andando, si trabajas en una oficina de cuatro pisos no cojas el ascensor (todos los consejos, evidentemente, adaptados con sentido común a las circunstancias personales), vete a comer a casa andando si es posible, date una vuelta a la manzana…». Ya lo saben, ‘microdescansos de actividad’ para partir esas largas horas sentados, aunque sus jefes les miren mal.
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