Según la tradición, al mediodía de hoy las almas llegan a visitar a sus familiares. Así lo corroboró el antropólogo y jefe de la Unidad de Extensión y Difusión Cultural del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), Milton Eyzaguirre.
De acuerdo con el experto, para los aymaras la muerte era concebida como un ciclo de la vida, que además es inicio de la época de fertilidad de la tierra, por lo que coincide con la siembra.
El armado de las mesas o altares, también resulta ser un sincretismo entre lo religioso y las creencias andinas, que con el tiempo, se modificaron y adquirieron distintos significados, aunque la esencia siempre es la misma.
Para el experto, una forma de anunciar la llegada del ser querido es la presencia de una mosca que se posa en los alimentos preparados.
Además, para esperar el alma del difunto, sus familiares realizan vigilias una noche antes y se acompañan de coca y cigarro. Cuando es el mediodía del 1 de noviembre, las oraciones se hacen presentes y las visitas llegan a los hogares que tienen un difunto reciente.
“Si es primer, segundo o tercer año (de la muerte del ser querido), se arman mesas más grandes y completas; entonces los familiares o conocidos van a esa casa y rezan. Cada que rezan, los familiares les comparten los alimentos que prepararon”, explicó Eyzaguirre.
Después, el 2 de noviembre, también a mediodía, se prepara la despedida del alma. Para eso se nombra a una pareja, varón y mujer, que se encargará de repartir entre los asistentes todos los productos que se colocaron en la mesa.
ELEMENTOS
El altar que se prepara para recibir a las almas está compuesto por “elementos base” como un mantel, blanco si el difunto fue niño y negro, si fue un adulto; también se coloca flores, masas, frutas, dulces, adornos y la comida favorita del difunto.
También colocan la fotografía del o los difuntos, alguna prenda preferida. “Se lo hago siempre pancito, pongo tocoro (cebolla en flor que tiene cola hueca) para que se lleve agua; caballos, para que cargue todo lo que llevará, porque dicen que caminan largo; escaleras para bajar y para subir; caña, que es su bastón y todo lo que le gustaba”, indicó Porfiria Chambi, mientras adquiría los productos en un mercado paceño.
“Agua en un vaso, siempre hay que colocar, porque llegan cansados dice; se prende velas para que les ilumine su camino y le coloco su cervecita también”, manifestó la señora Teresa que colocará el altar para recibir a su esposo.
La entrada Llegan las almas en medio de crisis y problemas se publicó primero en El Diario – Bolivia.
Según la tradición, al mediodía de hoy las almas llegan a visitar a sus familiares. Así lo corroboró el antropólogo y jefe de la Unidad de Extensión y Difusión Cultural del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), Milton Eyzaguirre. De acuerdo con el experto, para los aymaras la muerte era concebida como un ciclo
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Según la tradición, al mediodía de hoy las almas llegan a visitar a sus familiares. Así lo corroboró el antropólogo y jefe de la Unidad de Extensión y Difusión Cultural del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), Milton Eyzaguirre.De acuerdo con el experto, para los aymaras la muerte era concebida como un ciclo de la vida, que además es inicio de la época de fertilidad de la tierra, por lo que coincide con la siembra.El armado de las mesas o altares, también resulta ser un sincretismo entre lo religioso y las creencias andinas, que con el tiempo, se modificaron y adquirieron distintos significados, aunque la esencia siempre es la misma.Para el experto, una forma de anunciar la llegada del ser querido es la presencia de una mosca que se posa en los alimentos preparados.Además, para esperar el alma del difunto, sus familiares realizan vigilias una noche antes y se acompañan de coca y cigarro. Cuando es el mediodía del 1 de noviembre, las oraciones se hacen presentes y las visitas llegan a los hogares que tienen un difunto reciente.“Si es primer, segundo o tercer año (de la muerte del ser querido), se arman mesas más grandes y completas; entonces los familiares o conocidos van a esa casa y rezan. Cada que rezan, los familiares les comparten los alimentos que prepararon”, explicó Eyzaguirre.Después, el 2 de noviembre, también a mediodía, se prepara la despedida del alma. Para eso se nombra a una pareja, varón y mujer, que se encargará de repartir entre los asistentes todos los productos que se colocaron en la mesa.ELEMENTOSEl altar que se prepara para recibir a las almas está compuesto por “elementos base” como un mantel, blanco si el difunto fue niño y negro, si fue un adulto; también se coloca flores, masas, frutas, dulces, adornos y la comida favorita del difunto.También colocan la fotografía del o los difuntos, alguna prenda preferida. “Se lo hago siempre pancito, pongo tocoro (cebolla en flor que tiene cola hueca) para que se lleve agua; caballos, para que cargue todo lo que llevará, porque dicen que caminan largo; escaleras para bajar y para subir; caña, que es su bastón y todo lo que le gustaba”, indicó Porfiria Chambi, mientras adquiría los productos en un mercado paceño.“Agua en un vaso, siempre hay que colocar, porque llegan cansados dice; se prende velas para que les ilumine su camino y le coloco su cervecita también”, manifestó la señora Teresa que colocará el altar para recibir a su esposo.
Las mesas o altares que preparan para recibir al alma de su ser querido.
El tocoro.
La caña
Nacional archivos – El Diario – Bolivia