<p>En la lucha frente a la <a href=»https://www.elmundo.es/e/ob/obesidad.html» target=»_blank»>obesidad</a> las pequeñas batallas cuentan. En el campo de la Medicina los protagonistas sobre quién reduce más y quién impacta más en la salud de los pacientes son hitos para cada uno de los implicados. <strong>Médicos y pacientes buscan los mejores resultados</strong>, y los responsables de las opciones terapéuticas para lograrlo, también.</p>
El ensayo clínico Surmont pone cara a cara los dos nuevos fármacos antiobesidad para estudiar sus diferencias a través de un seguimiento de más de año y medio
En la lucha frente a la obesidad las pequeñas batallas cuentan. En el campo de la Medicina los protagonistas sobre quién reduce más y quién impacta más en la salud de los pacientes son hitos para cada uno de los implicados. Médicos y pacientes buscan los mejores resultados, y los responsables de las opciones terapéuticas para lograrlo, también.
Tras el boom de individual de cada uno de los fármacos llega el momento de ponerse frente a frente. En este caso de trata de Mounjaro y Wegovy, que hace un año ya fueron bautizados por la comunidad médica como los King Kong y Godzilla frente a la obesidad. El estudio Surmount-5 es el primer ensayo de comparación directa entre un agonista de receptor de GIP y GLP-1 y un agonista de GLP-1 en adultos con obesidad sin diabetes, esto es tirzepatida de Lilly y semaglutida de Novo Nordisk, respectivamente.
Los primeros resultados que arroja este trabajo es que los participantes tratados con tirzepatida perdieron de media 22,8 kg frente a los 15 kg perdidos semaglutida. En este sentido, el primero proporcionó una pérdida de peso relativa superior al 47%. Para extraer estos datos se hizo un seguimiento de más de un año y a las 72 semanas se certificó, según los promotores del estudio Surmount, la superioridad de Mounjaro frente a Wegovy, tanto en los objetivos primarios como en los cinco objetivos secundarios planteados en este estudio clínico con adultos que viven con obesidad o sobrepeso con al menos un problema médico relacionado con el peso y sin diabetes.
Cristóbal Morales, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), apunta que «entramos en una nueva era para el tratamiento de la obesidad, para la que necesitamos un abordaje de precisión y personalizado. Disponer de soluciones tan eficaces nos ayuda a los profesionales sanitarios a abordar la situación de estas personas, cuya enfermedad va más allá del peso».
«Se trata del primer estudio comparativo entre estas dos grandes soluciones farmacológicas para la obesidad», asegura el jefe del servicio de Endocrinología de Vithas de Sevilla y especialista en Endocrinología y Nutrición Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. En cuanto la diferencia de reducción de peso, Morales reconoce que no hay sorpresas con respecto a los datos que se habían obtenido en ensayos realizados por separado. «Se repiten los resultados ya obtenidos en los ensayos clínicos«.
Por ello, no duda en exponer que esa diferencia les permitirá tomar decisiones más personalizadas para cada caso. «Para mí, como endocrino que tengamos cada vez mejores soluciones probadas y bien estudiadas, hace que vayamos a una medicina personalizada en función de lo cada persona necesite y busquemos la solución más a medida», asegura Morales.
Los eventos adversos notificados con más frecuencia en este ensayo clínico para ambos fármacos fueron gastrointestinales y, en general, de gravedad leve a moderada. Morales recuerda que estos datos se «aproximan bastante más a los resultados que podíamos tener con una cirugía bariátrica». Y destaca que su solidez porque «se repiten publicación tras publicación y nos permiten tener un arma terapéutica que acompañe al paciente a incorporar hábitos de vida saludable mantenido en el tiempo a través de la alimentación y el ejercicio físico».
Desde Lilly, Leonard Glass, vicepresidente senior de asuntos médicos globales en la unidad de Salud Cardiometabólica, apunta a través de un comunicado que «estamos emocionados con estos resultados que muestran una pérdida de peso superior de tirzepatida, que puede ayudar a los pacientes a alcanzar un 47% más de pérdida de peso relativa comparada con semaglutida. El fármaco de Lilly es el primer medicamento agonista del receptor GIP y GLP-1 y está cambiando la manera en la que millones de personas manejan esta enfermedad crónica«.
Por su parte, fuentes de Novo Nordisk consultadas por este medio discrepan de la rotundidad de los datos. «Basándonos en la experiencia previa, el programa de ensayos clínicos con semaglutida 2,4 mg ha mostrado una pérdida de peso mayor que la que reflejan los datos que se acaban de comunicar (concretamente, de aproximadamente el 17% sostenida durante 68 semanas)».
En este sentido, sostienen los resultados deben valorarse con claridad «una vez que el ensayo haya sido revisado y/o publicado. Nos gustaría saber más sobre la distribución de las dosis de tratamiento en los dos grupos, ya que el estudio establece una comparación entre las dosis de 10 o 15 mg de Mounjaro con las dosis de 1,7 o 2,4 mg de Wegovy, cuando la única dosis autorizada en la ficha Técnica de Wegovy como dosis de mantenimiento es la de 2,4 mg. Por otro lado, la dosis de 15 mg de tirzepatida no está disponible en España».
Sea como sea, lo cierto es que más allá del recorte de kilos, la disminución de peso se traduce en un impacto en las otras enfermedades que acompañan o se asocian con la obesidad, como la diabetes y las cardiometabólicas. En este punto, otro punto de batalla, desde Novo Nordisk aseguran que «semaglutida es el único tratamiento para la obesidad que ha demostrado reducir en un 20% el riesgo de eventos cardiovasculares mayores, como recoge el estudio Select».
Salud