<p>Los<a href=»https://www.nature.com/articles/s41591-024-03383-y» target=»_blank»><strong> editores de la revista científica </strong><i><strong>Nature Medicine</strong></i><strong> han seleccionado algunos de los ensayos clínicos con potencial transformador de la medicina en el próximo año</strong></a>. «Nuestra lista refleja los preocupantes retos sanitarios a los que se enfrentará el mundo en 2025, con nuevos tratamientos y tecnologías destinados a tratar la obesidad, el cáncer, la desnutrición, la mala salud mental y los efectos del calor extremo. </p>
La revista ‘Nature Medicine’ destaca también la investigación en programas de cribado de cáncer de mama y de cuello uterino, en radiofármacos para el tumor de próstata y en fórmulas para reducir el efecto dañino del aumento de las temperaturas
Los editores de la revista científica Nature Medicine han seleccionado algunos de los ensayos clínicos con potencial transformador de la medicina en el próximo año. «Nuestra lista refleja los preocupantes retos sanitarios a los que se enfrentará el mundo en 2025, con nuevos tratamientos y tecnologías destinados a tratar la obesidad, el cáncer, la desnutrición, la mala salud mental y los efectos del calor extremo.
Algunos son nuevos tratamientos que nunca antes se han probado en humanos, como dos tipos diferentes de terapia génica. Otros abrazan la revolución de la IA [inteligencia artificial], incluidos los chatbots y las tecnologías de teléfonos inteligentes para mejorar la salud mental, ayudar a las pruebas de cáncer de cuello uterino y ayudar a los niños con autismo a aprender habilidades sociales», justifica Ben Johnson, editor jefe de la publicación.
Un año más, en la selección predominan los ensayos clínicos aleatorizados, el tipo de estudio que proporciona la evidencia más rigurosa sobre la utilidad del tratamiento o intervención que se evalúa. Entre las áreas destacadas son recurrentes el cáncer, la IA y la salud mental. Irrumpe con fuerza el estudio de la nutrición humana, tanto desde la perspectiva de sociedades con escasez y acceso limitado a los alimentos, como desde la posición de poder elegir entre tipos diferentes de dietas, decisión a la que puede ayudar un amplio abanico de herramientas, incluido el conocimiento del perfil genético o del microbioma de cada individuo.
La lista -que no está en orden de importancia, subrayan sus autores- incluye también la investigación en terapia génica (para la enfermedad priónica y la enfermedad de células falciformes); los nuevos psicofármacos basados en el cannabidiol; medidas para contrarrestar las enfermedades derivadas del aumento de las temperaturas; fórmulas innovadoras para los cribados de cáncer de mama y de cérvix; los radiofármacos, y nuevas estrategias terapéuticas en niños con autismo.
La investigadora del Instituto Broad del MIT (Massachusetts) Sonia Vallabh pasó de la abogacía a la investigación biomédica tras descubrir su predisposición genética a la enfermedad priónica, un trastorno neurodegenerativo que afecta a 1 de cada 6.000 personas.
Sus investigaciones han sentado las bases para el desarrollo de ION-717, un oligonucleótido antisentido administrado por vía intratecal, diseñado para inhibir la producción de proteína priónica que ya se encuentra en la fase 1/2 de ensayo clínico. Con la participación de 16 centros de todo el mundo, este ensayo evaluará la seguridad y tolerabilidad del fármaco. Los primeros resultados previstos para finales de 2025 podrían suponer un importante avance en el tratamiento de esta enfermedad devastadora.
El proyecto Nutrición para una Salud de Precisión, impulsado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses, explora, en esencia, por qué no todas las personas responden igual a un mismo tipo de dieta, y para ello se centra en factores como el perfil genético, el microbioma intestinal, antecedentes médicos y el estilo de vida.
El estudio, en el que participan más de 8.000 adultos, utiliza modelos estadísticos avanzados para predecir las pautas alimentarias óptimas. Leanne Redman, fisióloga en la Universidad Estatal de Louisiana, confía en que los resultados -la recogida de datos concluirá en el verano de 2026, pero esperan tener información de interés a principios de 2025- podrían ayudar a personalizar las pautas dietéticas, mejorando los resultados obtenidos con la investigación nutricional tradicional.
El programa STEP, dirigido por el psiquiatra de la Universidad de Oxford Philip McGuire, evalúa la eficacia del cannabidiol (CBD) en el tratamiento de la psicosis en 1.000 participantes de 30 centros de todo el mundo. El programa abarca tres ensayos sobre diferentes fases de la psicosis: individuos con alto riesgo de sufrir psicosis; de inicio reciente de la enfermedad, y pacientes cuya patología resiste al tratamiento convencional.
Las pruebas de neuroimagen y de biomarcadores evaluarán el efecto del CBD. A lo largo del año, «obtendremos los primeros resultados sobre leficacia, seguridad y tolerabilidad del CBD en la psicosis. También esperamos que esta investigación aclare si podemos prevenir los trastornos psiquiátricos utilizando CBD».
El estudio BEACON en fase1/2 de David Liu, director del Instituto Merkin de Tecnologías Transformadoras de la Salud y catedrático de Química y Biología Química de la Universidad de Harvard, evalúa la tecnología de edición de bases como tratamiento de la enfermedad de células falciformes; la estrategia consiste en modificar las células madre hematopoyéticas para aumentar los niveles de hemoglobina fetal.
Es un ensayo prometedor, a tenor de los buenos resultados de la edición de bases tanto en ensayos clínicos ex vivo como in vivo, pero se enfrenta a problemas como los efectos adversos relacionados con los fármacos utilizados para acondicionar al paciente antes de recibir el trasplante de médula ósea (causaron el fallecimiento de uno de los enfermos del estudio). Los resultados podrían establecer la edición de bases como una terapia viable para esta enfermedad de la sangre.
Un ensayo «pragmático, de la vida real» es la propuesta de la epidemióloga Aditi Bunker, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático e Intervención Sanitaria de la Universidad de Heidelberg (Alemania). El estudio evaluará en Burkina Faso el impacto en la salud de los techos frescos, diseñados para reducir las temperaturas interiores en regiones de calor extremo.
En la investigación se miden biomarcadores como la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la glucemia, la temperatura corporal, la deshidratación, el estrés, la calidad del sueño e incluso la violencia de género de 1.200 participantes, en 600 hogares de 25 poblaciones. Si se demuestra su eficacia, esta intervención asequible podría ampliarse a todo el mundo para combatir la mortalidad y la morbilidad relacionadas con el calor.
Oliver Sartor, oncólogo en la Clínica Mayo, de Rochester, investiga la eficacia de la terapia con radioligandos en el cáncer de próstata. Los radioligandos combinan un compuesto dirigido (ligando) con un radioisótopo terapéutico (una partícula radiactiva que en este caso es el lutecio-177); de esta forma se lleva la radiación a células concretas en cualquier parte del organismo.
Esta línea de investigación se dirige a pacientes con cáncer metastásico PSMA positivo sensible a terapia hormonal, con el objetivo de adelantar el uso del radioligando (aprobado por la agencia del medicamento estadounidense FDA como Pluvicto). «La principal repercusión se producirá si Lu177-PSMA-617 obtiene la aprobación de la FDA para el tratamiento de pacientes sensibles a hormonas. Esto podría cambiar las reglas del juego para cientos de miles de pacientes con cáncer de próstata en todo el mundo. Sin embargo, el precio de Pluvicto es elevado, lo que podría limitar su disponibilidad mundial», admite este investigador.
El proyecto ALIMUS de Farida Selmouni, científica del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, en Lyon (Francia), quiere solventar la falta de adherencia de las mujeres a los programas de cribado de cáncer de cuello uterino. Para ello se van a servir de un chatbot de IA, accesible a través de smartphones, que está destinado a animar a las mujeres, sobre todo a las de menor nivel educativo y de zonas desfavorecidas, a hacerse la prueba de detección del virus del papiloma humano (VPH). Se espera que el ensayo finalice en 2025.
El estudio mSELY aborda los problemas de salud mental de los adolescentes en Kenia mediante un conjunto de herramientas digitales, que incluye fórmulas para que los propios chavales se autoevalúen y gestionen su salud mental; también favorece la conexión con sus iguales y asiste a los padres para mejorar sus habilidades de comunicación con los jóvenes.
La investigación se lleva a cabo a través de organizaciones comunitarias, examina las causas profundas de las conductas violentas, como la baja autoestima y la incapacidad para resolver problemas. Los participantes reciben los datos recabados, para que sean más conscientes de las distintas áreas a las que deben prestar atención. Lo impulsa Keng-Yen Huang, profesora asociada de Psiquiatría Infantil y Adolescente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, quien considera que este tipo de herramientas pueden constituir una solución prometedora para mejorar la salud mental en entornos de recursos limitados en todo el mundo.
La revolución de la medicina personalizada se mueve del tratamiento a los programas de cribado con el ensayo My Personal Breast Cancer Screening (MyPeBS), dirigido por Suzette Delaloge, oncóloga en el Departamento de Cáncer de Mama del Instituto Gustave Roussy, en Villejuif (Francia). El estudio quiere romper con la «talla única» de los cribados, predominante en la actualidad, y propone un enfoque personalizado que reduzca riesgos en las mujeres con más probabilidades de desarrollar la enfermedad y, al mismo tiempo, minimizar las mamografías innecesarias en aquellas de bajo riesgo.
En el ensayo clínico en curso han participado 53.000 mujeres de 6 países. Las participantes se dividen en dos grupos: uno que sigue el cribado estándar actual y otro que adopta una estrategia personalizada basada en factores de riesgo individuales como la genética, el estilo de vida, los antecedentes familiares y la densidad mamaria; se incluyen pruebas de ADN mediante muestras de saliva y puntuaciones de riesgo poligénico. MyPeBS, cuyos resultados se esperan para 2025, podría establecer un nuevo estándar en la prevención del cáncer de mama.
¿Cómo combatir el déficit de nutrientes relacionado con el clima en cultivos básicos como el maíz y el trigo? La nutricionista Ina Danquah, de la Universidad de Bonn, considera que podría lograrse promoviendo la horticultura doméstica y con asesoramiento nutricional.
Así lo quiere demostrar con un estudio que se desarrolla en Kenia y Burkina Faso. El estudio evalúa las puntuaciones de altura para la edad de los niños, una forma de reflejar las mejorías nutricionales. Los resultados, previstos para el próximo año, podrían aportar soluciones accesibles para atajar la malnutrición en poblaciones vulnerables.
«El juego establece una poderosa sincronía social entre el cuidador y el niño, y es prometedor para reducir el estrés de los padres, a la vez que atenúa los síntomas del autismo», expone Dennis P. Wall, profesor de pediatría y científico de datos biomédicos de la Universidad de Stanford (California).
Para este investigador, los juegos en aplicaciones móviles -accesibles en entornos rurales, por ejemplo- pueden ser un medio para mejorar la comunicación social y reducir la ansiedad en niños con autismo, fomentar la interacción entre el cuidador y el niño, e incluso orientar en la terapia. El ensayo con niños de 2 a 8 años que ha puesto en marcha pretende validar la eficacia de esta herramienta, ofreciendo una intervención que pueda ser útil en la atención del autismo.
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