Una tormenta local severa que azotó la ciudad de Guantánamo provocó el derrumbe total de cuatro viviendas, el colapso parcial de techos en cerca de 146 hogares y daños a siete centros educativos, según reportes oficiales.
El evento meteorológico, típico de la actual temporada estival, dejó además una vivienda sin cubierta y causó afectaciones a las infraestructuras eléctricas y de telecomunicaciones debido a la caída de árboles sobre los tendidos.
La Defensa Civil activó un grupo temporal de trabajo y desplegó brigadas de evaluación y reparación, aunque los daños aún están siendo cuantificados, según el diario oficial Granma.
A pesar de la rápida limpieza de escombros y árboles caídos, el saldo vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad estructural del fondo habitacional cubano. En este caso, cuatro familias lo perdieron todo. Solo una de ellas contaba con una edificación alternativa dentro de su propio terreno. Las otras tres se encuentran albergadas en casas de vecinos, a la espera de una «solución definitiva».
Expertos locales atribuyen la tormenta a una combinación de alta temperatura (37,4 °C), inestabilidad atmosférica por una vaguada al norte de Las Bahamas y una débil influencia anticiclónica. La situación climática, sin ser excepcional, desnudó una vez más las carencias estructurales del parque inmobiliario cubano, donde miles de viviendas continúan en condiciones precarias.
Mientras tanto, las autoridades informaron que trabajan en la reparación de los centros escolares dañados y en la restitución de los servicios básicos.
Sin embargo, para quienes perdieron sus casas, el proceso de recuperación podría extenderse indefinidamente. Miles de familias afectadas por huracanes y otros fenómenos esperan desde hace décadas en albergues en condiciones precarias por una solución de vivienda que nunca llega.
En el primer semestre de 2025, el Gobierno cubano solo completó el 22% del ya reducido plan anual de construcción de viviendas, según un informe del Ministerio de la Construcción (Micons) presentado ante la Asamblea Nacional. De las 10.795 casas previstas, apenas se terminaron 2.382. Este desempeño representa un retroceso respecto a 2024, cuando solo se cumplió el 55% de un plan también insuficiente.
El Micons atribuye los incumplimientos a la escasez de materiales básicos como cemento y acero, falta de combustible, tecnología obsoleta y la paralización de más del 30% de las plantas productivas.
Pese a estas limitaciones, el régimen continúa priorizando la remodelación de hoteles, mientras el déficit habitacional nacional supera las 805.000 viviendas. De ese total, más de 400.000 deben construirse y cerca de 400.000 requieren rehabilitación. Esta precariedad provoca frecuentes derrumbes, como los ocurridos en julio en La Habana, donde cuatro personas murieron en dos incidentes separados.
A día de hoy, más de 94.000 viviendas afectadas por fenómenos naturales solo en 2024 siguen sin recuperarse, lo que augura un futuro incierto para miles de familias en situación crítica.(El Diario de Cuba)
La entrada Tormenta en Guantánamo deja centenar de viviendas dañadas se publicó primero en El Diario – Bolivia.
Una tormenta local severa que azotó la ciudad de Guantánamo provocó el derrumbe total de cuatro viviendas, el colapso parcial de techos en cerca de 146 hogares y daños a siete centros educativos, según reportes oficiales. El evento meteorológico, típico de la actual temporada estival, dejó además una vivienda sin cubierta y causó afectaciones a
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Una tormenta local severa que azotó la ciudad de Guantánamo provocó el derrumbe total de cuatro viviendas, el colapso parcial de techos en cerca de 146 hogares y daños a siete centros educativos, según reportes oficiales.
El evento meteorológico, típico de la actual temporada estival, dejó además una vivienda sin cubierta y causó afectaciones a las infraestructuras eléctricas y de telecomunicaciones debido a la caída de árboles sobre los tendidos.
La Defensa Civil activó un grupo temporal de trabajo y desplegó brigadas de evaluación y reparación, aunque los daños aún están siendo cuantificados, según el diario oficial Granma.
A pesar de la rápida limpieza de escombros y árboles caídos, el saldo vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad estructural del fondo habitacional cubano. En este caso, cuatro familias lo perdieron todo. Solo una de ellas contaba con una edificación alternativa dentro de su propio terreno. Las otras tres se encuentran albergadas en casas de vecinos, a la espera de una «solución definitiva».
Expertos locales atribuyen la tormenta a una combinación de alta temperatura (37,4 °C), inestabilidad atmosférica por una vaguada al norte de Las Bahamas y una débil influencia anticiclónica. La situación climática, sin ser excepcional, desnudó una vez más las carencias estructurales del parque inmobiliario cubano, donde miles de viviendas continúan en condiciones precarias.
Mientras tanto, las autoridades informaron que trabajan en la reparación de los centros escolares dañados y en la restitución de los servicios básicos.
Sin embargo, para quienes perdieron sus casas, el proceso de recuperación podría extenderse indefinidamente. Miles de familias afectadas por huracanes y otros fenómenos esperan desde hace décadas en albergues en condiciones precarias por una solución de vivienda que nunca llega.
En el primer semestre de 2025, el Gobierno cubano solo completó el 22% del ya reducido plan anual de construcción de viviendas, según un informe del Ministerio de la Construcción (Micons) presentado ante la Asamblea Nacional. De las 10.795 casas previstas, apenas se terminaron 2.382. Este desempeño representa un retroceso respecto a 2024, cuando solo se cumplió el 55% de un plan también insuficiente.
El Micons atribuye los incumplimientos a la escasez de materiales básicos como cemento y acero, falta de combustible, tecnología obsoleta y la paralización de más del 30% de las plantas productivas.
Pese a estas limitaciones, el régimen continúa priorizando la remodelación de hoteles, mientras el déficit habitacional nacional supera las 805.000 viviendas. De ese total, más de 400.000 deben construirse y cerca de 400.000 requieren rehabilitación. Esta precariedad provoca frecuentes derrumbes, como los ocurridos en julio en La Habana, donde cuatro personas murieron en dos incidentes separados.
A día de hoy, más de 94.000 viviendas afectadas por fenómenos naturales solo en 2024 siguen sin recuperarse, lo que augura un futuro incierto para miles de familias en situación crítica.(El Diario de Cuba)
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