<p>El aire acondicionado en casa es un aliado para combatir el calor extremo, que puede provocar malestar e incluso poner en riesgo la salud, especialmente de las personas más vulnerables. El Ministerio de Sanidad de Italia ofrece algunas recomendaciones para un uso adecuado.</p>
El aire acondicionado es un aliado para combatir el calor extremo, pero hay que hacer un uso adecuado para evitar molestias como la tos, el dolor de garganta o las contracturas musculares
El aire acondicionado en casa es un aliado para combatir el calor extremo, que puede provocar malestar e incluso poner en riesgo la salud, especialmente de las personas más vulnerables. El Ministerio de Sanidad de Italia ofrece algunas recomendaciones para un uso adecuado.
El calor extremo puede causar malestar o incluso poner en peligro la salud, especialmente en personas más vulnerables como personas mayores, pacientes crónicos, bebés y mujeres embarazadas.
Cuando las temperaturas son sofocantes, el microclima de las viviendas se altera con frecuencia, incluso durante períodos prolongados. Por ejemplo —como recuerda el folleto editado por del Ministerio de Sanidad «si las habitaciones están expuestas al sol, mal ventiladas y los techos y cubiertas no están bien aislados, la temperatura dentro de la casa puede incluso superar la del exterior». Esto puede causar sensación de malestar e incluso efectos perjudiciales para la salud.
Para prevenirlo, es importante adoptar durante los días más calurosos algunas medidas —»simples pero importantes», según indica el folleto— que mejoren el clima interior y reduzcan los riesgos para la salud.
El primer consejo es proteger las ventanas y cristales expuestos al sur y suroeste con cortinas o persianas exteriores regulables, como persianas venecianas, para limitar la exposición directa de los ambientes a los rayos solares. Además, se debe potenciar la ventilación natural abriendo las ventanas durante las horas menos calurosas, es decir, de noche, para permitir la renovación del aire interior con aire exterior más fresco.
El ventilador solo acelera el movimiento del aire, pero no reduce la temperatura: aunque proporciona alivio, estimula la sudoración y puede aumentar el riesgo de deshidratación si no se ingieren líquidos en abundancia.
Debe colocarse a distancia y no dirigirse directamente al cuerpo, especialmente en el caso de personas enfermas que están postradas en cama.
Se desaconseja el uso del ventilador cuando la temperatura interior supera los 32 °C: no es eficaz para combatir el calor y puede tener efectos adversos al aumentar la deshidratación, según advierten los expertos del ministerio en el folleto.
Si hay un alto nivel de humedad sin temperaturas particularmente elevadas, puede ser suficiente utilizar un deshumidificador en lugar del aire acondicionado para mejorar el confort ambiental y reducir el consumo energético.
El aire acondicionado, especialmente durante las horas más calurosas del día, contribuye a nuestro bienestar al reducir la carga del sistema de termorregulación del cuerpo, como se recuerda en el folleto del ministerio, que recomienda algunas reglas simples pero importantes para un uso correcto.
Primero, atención a la temperatura adecuada: la recomendada para el bienestar fisiológico está entre los 25 y 27 °C.
Evita ajustar una temperatura demasiado baja en comparación con la del exterior, para no exponerte a cambios bruscos de temperatura (además de ahorrar energía), que podrían causar molestias como tos, resfriado, dolor de garganta o incluso contracturas musculares (y dolor de espalda).
En cualquier caso, es buena práctica abrigarse ligeramente al pasar de un ambiente muy caluroso a uno frío y climatizado.
Recuerda mantener las ventanas cerradas mientras el aire acondicionado está en uso, y realizar un mantenimiento adecuado del sistema, empezando por la limpieza periódica de los filtros y de la unidad exterior para evitar la acumulación de polvo y residuos que podrían circular a través del sistema de ventilación.
Un mantenimiento adecuado mejora la eficiencia del aire acondicionado y evita costes adicionales de funcionamiento. Se recomienda que un técnico revise el gas refrigerante y el compresor del sistema cada 2 o 3 años.
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